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Natalia Carrazon
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22 ene. 2018
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Schiaparelli abre la Semana de la Alta Costura con surrealismo de elegancia pagana

Traducido por
Natalia Carrazon
Publicado el
22 ene. 2018

Un estilista bien elegido puede, sin duda alguna, marcar la diferencia. Esta temporada, Schiaparelli ha cambiado de estilista y la elegida ha sido la británica Katie Grand. El resultado ha sido la mejor colección de Bertrand Guyon para la casa parisina.


Photo: PixelFormula


La esencia de la cuestión fueron, claro está, las bellas prendas diseñadas por Guyon quien, tras tres años al frente de la casa, parece estar completamente a cargo del taller y en perfecta sincronía con el surrealista ADN de Schiaparelli. El diseñador llegó a combinar hasta los candados y ojos que decoraban un gran número de prendas con el blanco crudo de la alfombra por la que desfilaron las modelos.

Puede que la alta costura sólo esté al alcance de una refinada élite de unas pocas miles de mujeres bien posicionadas, pero aún así sigue cumpliendo su papel de expléndido laboratorio de moda, tal y como nos ha recordado este desfile. La mujer de Guyon, durante el día lleva camisas bordadas con algunas de las criaturas a las que Schiaparelli tanto ama, los insectos. Para las fiestas, Guyon propone una serie de alegres atrevidos looks, como el corpiño rojo sangre de rafia que decora una camisa color madera sobre una falda que, a través de coloridas formas geométricas, imita la piel de serpiente, llevado por la modelo británica Jean Campbell. A quien siguió la veterana modelo sudanesa Alek Wek con una blazer, del que podría ser un tablero de damas de fantasía,  y unas piernas infinitas.

Merece también una mención especial la fantástica chaqueta safari de rafia negra a modo de mini vestido de cóctel con bolsillos que simulan ser candados. El desfile también contó con una serie de extravagantes bolsos tote de madera, plástico y rafia, cortesía de la colaboración entre Guyon y Lucie de la Falaise, quien posara para Givenchy cuando el diseñador trabajaba para la casa. Completando el círculo real de la moda, la abuela de Lucie, Maxime de la Falaise, quien creara diseños infantiles para el mismo Schiaparelli, también tuvo su lugar en el desfile.

Y, una vez más, quedó latente la importancia de Grand, quien añadió la pizca de modernidad que tanto necesitaba el Schiaparelli de Guyon. Grand fue la encargada de llevar a cabo la perfecta selección de modelos, muchas de las que debutaban en la pasarela, con un look puro y natural.

“Pienso que couture implica ser tan grande y rico que, si se empieza a retocar demasiado el pelo y el rostro, se pasa a parecer demasiado estirado”, afirmó Grand, la fundadora y editora jefe de la influyente revista Love. No podría estar más de acuerdo.

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